(78) Los hijos de Israel que cayeron en la incredulidad fueron maldecidos por boca de Daud y de Isa, hijo de Maryam. Esto les pasó porque desobedecieron y fueron más allá de los límites.
(79) No se impedían entre ellos ninguna acción reprobable. ¡Qué malo es lo que hacían!
(80) Ves a muchos de ellos intimar con los incrédulos. ¡Qué malo es lo que sus almas han preparado! Allah se ha enojado con ellos y serán inmortales en el castigo.
(81) Si creyeran en Allah, en el Profeta y en lo que se les ha hecho descender no los tomarían como aliados, sin embargo muchos de ellos están fuera del camino.
(82) Y seguro que encontrarás que la gente con enemistad más fuerte hacia los que creen son los judíos y los que asocian; mientras que encontrarás que los que están más próximos en afecto a los que creen, son los que dicen: Somos cristianos. Eso es porque entre ellos hay sacerdotes y monjes y no son soberbios.
(83) Cuando oyen lo que se le ha hecho descender al Mensajero, ves sus ojos inundados de lágrimas por la verdad que reconocen y dicen: ¡Señor nuestro! Creemos, escribe nuestros nombres con los que dan testimonio.